Quien no lleva dentro un lobo no tiene por eso que ser feliz tampoco.
El desesperado no querer morir, es el camino más seguro para la muerte eterna, en tanto que saber morir, rasgar el velo del arcano, ir buscando eternamente mutaciones al yo conduce a la inmortalidad.
Y lo que, por el contrario, me sucede a mí en las raras horas de placer, lo que para mí es delicia, suceso, elevación y éxtasis, eso no lo conoce, ni lo ama, ni lo busca el mundo más que si acaso en l...