Nada nos divierte tanto a los chilenos como burlarnos de nosotros mismos, aunque jamás soportaríamos que lo hiciese un extranjero.
Yo sé quién soy -dijo Don Quijote-, y sé que puedo ser, no sólo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia.
El arte primordial es el narrativo, porque, para poder ser, los humanos nos tenemos previamente que contar. La identidad no es más que el relato que nos hacemos de nosotros mismos.