John F. MacArthur Jr. Quote

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. EFESIOS 2.10 No se puede dejar de subrayar que las obras no juegan ningún papel en la obtención de la salvación. Sin embargo, las buenas obras tienen que ver con vivir la salvación. Ninguna obra buena puede ganar la salvación, pero las buenas obras son el resultado de la salvación genuina. Las buenas obras no son necesarias para llegar a ser un discípulo, pero las buenas obras son necesarias como las marcas de todos los verdaderos discípulos. Dios, después de todo, nos ordenó que anduviésemos en ellas. Tenga en cuenta que antes de que podamos hacer alguna buena obra para el Señor, Él hace su buena obra en nosotros. Por la gracia de Dios, llegamos a ser «hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras». La misma gracia que nos dio vida juntamente con Cristo y nos resucitó con Él, nos capacita para hacer las buenas obras para las que Él nos ha salvado. Advierta también que es Dios quien preparó estas buenas obras. No obtenemos ningún mérito por ellas. Incluso nuestras buenas obras son obras de su gracia. Sería apropiado llamarlas «obras de gracia». Son la evidencia corroborante de la verdadera salvación. Estas obras, al igual que todos los demás aspectos de la salvación divina, son el producto de la gracia soberana de Dios. Las buenas acciones y actitudes virtuosas son intrínsecas a lo que somos cristianos. Proceden de la naturaleza misma de quien vive en el reino de los cielos. Al igual que los inconversos son pecadores por naturaleza, los redimidos son justos por naturaleza.

John F. MacArthur Jr.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. EFESIOS 2.10 No se puede dejar de subrayar que las obras no juegan ningún papel en la obtención de la salvación. Sin embargo, las buenas obras tienen que ver con vivir la salvación. Ninguna obra buena puede ganar la salvación, pero las buenas obras son el resultado de la salvación genuina. Las buenas obras no son necesarias para llegar a ser un discípulo, pero las buenas obras son necesarias como las marcas de todos los verdaderos discípulos. Dios, después de todo, nos ordenó que anduviésemos en ellas. Tenga en cuenta que antes de que podamos hacer alguna buena obra para el Señor, Él hace su buena obra en nosotros. Por la gracia de Dios, llegamos a ser «hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras». La misma gracia que nos dio vida juntamente con Cristo y nos resucitó con Él, nos capacita para hacer las buenas obras para las que Él nos ha salvado. Advierta también que es Dios quien preparó estas buenas obras. No obtenemos ningún mérito por ellas. Incluso nuestras buenas obras son obras de su gracia. Sería apropiado llamarlas «obras de gracia». Son la evidencia corroborante de la verdadera salvación. Estas obras, al igual que todos los demás aspectos de la salvación divina, son el producto de la gracia soberana de Dios. Las buenas acciones y actitudes virtuosas son intrínsecas a lo que somos cristianos. Proceden de la naturaleza misma de quien vive en el reino de los cielos. Al igual que los inconversos son pecadores por naturaleza, los redimidos son justos por naturaleza.

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