En tus labios sonó diferente. Como cascabeles agitándose. O miel derramándose. Jamas hubo nadie que pronunciase mi nombre como tu lo hacías, con esa delicadeza y fuerza a la vez.
Alice Kellen
En tus labios sonó diferente. Como cascabeles agitándose. O miel derramándose. Jamas hubo nadie que pronunciase mi nombre como tu lo hacías, con esa delicadeza y fuerza a la vez.