John F. MacArthur Jr. Quote

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. EFESIOS 6.12 ¿Qué era lo que realmente Pablo estaba atacando en 2 Corintios 10.4? La respuesta la dio claramente en el versículo 5: «Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios». La palabra griega es logismos, que significa opiniones, cálculos o razonamientos. Esa palabra solamente se encuentra otra vez en el Nuevo Testamento en Romanos 2.15 donde se traduce como «pensamientos» y describe el proceso de racionalización que hace una persona para dar una excusa. En otras palabras, las fortalezas que Pablo estaba describiendo aquí eran los sistemas de creencias corruptos, las filosofías siniestras, las falsas doctrinas, las cosmovisiones malignas y cualquier sistema masivo de falsedad. Obviamente, si luchamos por la verdad, las fortalezas que necesitamos demoler son los bastiones de mentiras, los malos pensamientos, las ideas malignas, las opiniones falsas, las teorías morales y las falsas religiones. Son fuertes ideológicos, fuertes filosóficos, fuertes religiosos, fortalezas espirituales hechas con pensamientos, ideas, conceptos, opiniones. En tales ciudades ideológicas, las personas pecadoras tratan de esconderse y fortificarse en contra de Dios y en contra del evangelio de Cristo. La guerra espiritual como Pablo la describe por lo tanto es ideológica más que mística. Nuestros enemigos son demoníacos, pero nuestra guerra contra ellos no se hace mandándolos, haciendo un mapa de su localización física, invocando palabras mágicas para someterlos, proclamando autoridad sobre ellos ni ninguna otra de las tácticas comunes que algunas personas utilizan cuando se refieren a «guerra espiritual». Los atacamos demoliendo sus fortalezas de mentiras.

John F. MacArthur Jr.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. EFESIOS 6.12 ¿Qué era lo que realmente Pablo estaba atacando en 2 Corintios 10.4? La respuesta la dio claramente en el versículo 5: «Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios». La palabra griega es logismos, que significa opiniones, cálculos o razonamientos. Esa palabra solamente se encuentra otra vez en el Nuevo Testamento en Romanos 2.15 donde se traduce como «pensamientos» y describe el proceso de racionalización que hace una persona para dar una excusa. En otras palabras, las fortalezas que Pablo estaba describiendo aquí eran los sistemas de creencias corruptos, las filosofías siniestras, las falsas doctrinas, las cosmovisiones malignas y cualquier sistema masivo de falsedad. Obviamente, si luchamos por la verdad, las fortalezas que necesitamos demoler son los bastiones de mentiras, los malos pensamientos, las ideas malignas, las opiniones falsas, las teorías morales y las falsas religiones. Son fuertes ideológicos, fuertes filosóficos, fuertes religiosos, fortalezas espirituales hechas con pensamientos, ideas, conceptos, opiniones. En tales ciudades ideológicas, las personas pecadoras tratan de esconderse y fortificarse en contra de Dios y en contra del evangelio de Cristo. La guerra espiritual como Pablo la describe por lo tanto es ideológica más que mística. Nuestros enemigos son demoníacos, pero nuestra guerra contra ellos no se hace mandándolos, haciendo un mapa de su localización física, invocando palabras mágicas para someterlos, proclamando autoridad sobre ellos ni ninguna otra de las tácticas comunes que algunas personas utilizan cuando se refieren a «guerra espiritual». Los atacamos demoliendo sus fortalezas de mentiras.

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