John F. MacArthur Jr. Quote

Dios es dueño de todo De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. SALMOS 24.1 Dios es el único propietario de todo lo que usted tiene. Su ropa, su casa, su auto, sus hijos, su computadora, su iPod, sus inversiones, su equipo de deportes, el césped y el jardín de su casa, y todo lo demás imaginable, son de Dios. El rey David afirmó esta verdad varias veces: «Todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas… Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo» (1 Crónicas 29.11, 12). «De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan» (Salmos 24.1). Puesto que Dios es dueño de todo, usted nunca puede adquirir nada nuevo porque ya es de Él. Aceptar este hecho es crucial para lograr una actitud bíblica de contentamiento. Ya sea desde su propio punto de vista o desde el de Dios, usted tiene que lidiar con sus posesiones. En la medida en que acepte que le pertenecen a Él, usted dejará de preocuparse y permitirá que Dios se encargue de ellas. Esa es la manera en que Juan Wesley reaccionó un día en que recibió la noticia que el fuego había destruido su casa. Él simplemente dijo: «La casa del Señor se quemó. Una responsabilidad menos para mí». El enfoque de Wesley era el correcto, pero no es como el mundo nos enseña a responder. La acumulación egoísta de propiedades es el legado del mundo para nosotros, pero tenemos que cambiar esa perspectiva. No somos dueños de nada. Por lo tanto, si alguna vez pierde algo, usted realmente no lo perdió, porque nunca lo tuvo. Si alguien necesita algo de lo que usted tiene, quizá tenga tanto derecho a ese algo como lo tiene usted, porque usted no es el dueño, Dios es el dueño. ¿Cómo ha demostrado que tiene la actitud bíblica de contentamiento?

John F. MacArthur Jr.

Dios es dueño de todo De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. SALMOS 24.1 Dios es el único propietario de todo lo que usted tiene. Su ropa, su casa, su auto, sus hijos, su computadora, su iPod, sus inversiones, su equipo de deportes, el césped y el jardín de su casa, y todo lo demás imaginable, son de Dios. El rey David afirmó esta verdad varias veces: «Todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas… Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo» (1 Crónicas 29.11, 12). «De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan» (Salmos 24.1). Puesto que Dios es dueño de todo, usted nunca puede adquirir nada nuevo porque ya es de Él. Aceptar este hecho es crucial para lograr una actitud bíblica de contentamiento. Ya sea desde su propio punto de vista o desde el de Dios, usted tiene que lidiar con sus posesiones. En la medida en que acepte que le pertenecen a Él, usted dejará de preocuparse y permitirá que Dios se encargue de ellas. Esa es la manera en que Juan Wesley reaccionó un día en que recibió la noticia que el fuego había destruido su casa. Él simplemente dijo: «La casa del Señor se quemó. Una responsabilidad menos para mí». El enfoque de Wesley era el correcto, pero no es como el mundo nos enseña a responder. La acumulación egoísta de propiedades es el legado del mundo para nosotros, pero tenemos que cambiar esa perspectiva. No somos dueños de nada. Por lo tanto, si alguna vez pierde algo, usted realmente no lo perdió, porque nunca lo tuvo. Si alguien necesita algo de lo que usted tiene, quizá tenga tanto derecho a ese algo como lo tiene usted, porque usted no es el dueño, Dios es el dueño. ¿Cómo ha demostrado que tiene la actitud bíblica de contentamiento?

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