¿No tenéis acaso otra hija?-No-dijo el hombre-, sólo tenemos una Cenicienta, pequeña e ingenua, de mi difunta esposa, pero es imposible que ella sea la novia.El hijo del rey dijo que fueran a buscarla...
Entonces fue hacia la cama y corrió las cortinas: la abuela estaba allí tumbada, con el gorro de dormir bien calado y un aspecto muy raro.-¡Ay, abuela, qué orejas tan grandes tienes!-Para así pode oír...
Nothing ever seems so good as what one keeps to oneself.